10 peculiaridades en la vida de un autónomo

10 peculiaridades en la vida de un autónomo: "
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Creo que aún no lo había contado en el blog, pero me he independizado laboralmente. Aprovechando que prácticamente me saco un sueldo escribiendo en los diversos medios en los que colaboro, me he decidido a dar el salto y fundar mi propia empresa. Con ella pretendo contabilizar los ingresos que consigo a través de mi actividad bloguera, y complementarlos con los que pueda conseguir con la actividad que he venido desempeñando estos últimos años como agente de aduanas. El paso no ha sido fácil, sino muy meditado tras años de elucubraciones. Y es que abandonar la seguridad de un sueldo fijo (con la que está cayendo), y lanzarse a la aventura de convertirse en autónomo no es algo que deba decidirse a la ligera. Apenas llevo unos días funcionando, pero puedo aseguraros que la vida ya me ha cambiado por completo.

Y bueno, siendo como soy tan aficionado a los decálogos, no he podido evitar preparar uno para contaros en qué consisten todos estos cambios. Ahí os los dejo:



1 - De pronto la tarjeta de visita se convierte en una extensión más de tu cuerpo. Te conviertes en un prestidigitador que hace aparecer trozos de cartulina de cualquier sitio insospechado. ¿Para qué va a querer tu pescadera un agente de aduanas? Da igual, tu se la das, no vaya a ser que tenga un primo en Congelados Findus.

2 - El horario se hace más flexible. Efectivamente, ya no estás sujeto a una jornada laboral de 8 horas, sino de 24. Estoy por apostar que Einstein estaba a punto de hacerse autónomo en 1905 cuando pubicó su mítico trabajo sobre la relatividad.

3 - Cuando te presentan a alguien lo primero que preguntas es “¿A qué te dedicas?” No importa que sea moreno y venga cargado de CDs. Después de todo, el mercado es internacional, y a lo mejor tiene un primo en Senegal con un taller de automóviles mal suplido de repuestos.

4 - Cuando suena el teléfono tu corazón pega un brinco. Ya no es como antes: “joer, esto va a ser más trabajo” (apesadumbrado). Ahora te dices a ti mismo esperanzado: “joer, a lo mejor esto es más trabajo”. ¡Y en ocasiones así es!

5 - Google se convierte (aún más) en tu amigo inseparable. ¿Tarjetas de visita gratuitas? ¿Centros asturianos en Tombuctú? ¿Asesorías online que te ayuden a encontrar una asesoría en tu pueblo? ¿Teléfonos de cámaras de comercio, digitales o analógicas? ¿Correos de posibles clientes en el polo norte? Como diría Casillas después del 5-0 en el Nou Camp: “todo está en la red”.

6 - Los amigos de tus amigos pueden ser tus amigos. La verdad, al insoportable primo ingeniero de tu amigo de cervezas no le has tragado nunca. Pero de pronto le encuentras atractivo. Sus comentarios insípidos creacionistas, su caspa, su afición a los libros de autoayuda onanista, su colección de G.I. Joes rocieros de cerámica. Todo es aceptable si te presenta a su jefe.

7 - Nueva dieta. Si el día va fetén comes como un cosaco, si te pilla de bajón no pruebas bocado. ¿El resultado? La barriga disminuye y el pantalón te baila un poco. No tener tiempo para tomar cervezas con los amigos también ayuda. En fin, siempre es mejor esto a que se te caiga el pelo.

8 - El dormir como un lirón pasó a mejor vida. Completando un poco al apartado 2, uno se va a la cama y no desconecta. ¿Cómo puedo entrar en esa fábrica de botijos de moda en Japón? ¿Cómo habrá hecho la competencia para pillar ese caramelito? ¿Cómo se llamaba aquella empresa a la que le despachaste vibradores con WiFi en 2003? Por alguna razón, cada vez que te acuestas te vienen a la cabeza preguntas como esta o incluso más extrañas.

9 - Copiar no solo no es delito, es una obligación. Como ya no cuentas con un departamento de informática que cuide de tus datos, hacer backups se convierte en un asunto de vida o muerte. Es más, de pronto la aplicación del Windows 7 tiene su utilidad. ¡Pensar que cuando entró en mi ivida el pen-drive me juré no volver a comprar CDs!

10 - Dios existe, y se ha reencarnado en el director del banco que te avala. Tiene el poder de hacer que salga el sol o de caiga la noche en función a su divina voluntad. Trátalo bien o arderás en el infierno de los parias. ¡Yo que desde que descubrí la banca electrónica no pisaba una sucursal!

No se si da la impresión de que mi relato humorístico tiene un “tonillo” negativo, en absoluto. De hecho hacía tiempo que no me divertía tanto. Me siento mucho más activo, he perdido mi antigua mentalidad de funcionario y ahora aprecio mucho más los pequeños detalles (por ejemplo cada ratito que paso por mis hijos). ¡Así soy yo de rarito!

Ah, casi se me olvida, mi empresa se llama DUA SL, y estaré encantado de ayudaros a expandir vuestro negocio al mercado internacional si es que estáis pensando en importar o exportar vuestros productos. ;-)

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