La población europea está formada por dos grandes grupos genéticos

La población europea está formada por dos grandes grupos genéticos: "

La población europea está formada por dos grandes grupos genéticos


Un equipo internacional de científicos liderado por investigadores del UC Davis Health System de la universidad de California ha descubierto que los europeos modernos pueden dividirse genéticamente en dos grupos: el grupo norte y el grupo sur o mediterráneo.

Los investigadores señalan en un artículo publicado en la revista PLOSGenetics que realmente existe una diferencia genética consistente y reproducible entre los europeos del norte y los del sur, diferencia que se ha revelado en la observación de los genes de un grupo diverso de individuos europeos, y americanos de origen europeo.
El hallazgo resulta importante porque señala que los científicos deberán tener en cuenta los ancestros europeos cuando busquen genes relacionados con ciertas enfermedades. Hasta la fecha, se sabía poco de la distribución de las diferencias genéticas en la población europea, ahora se podrán conocer esas diferencias, lo que ayudará a encontrar los genes causantes de enfermedades comunes, señaló Michael Seldin, director del Rowe Program in Genetics del UC Davis Health System en un comunicado de dicho centro.

Variaciones genéticas medibles
Seldin y sus colegas de investigación compararon los datos genéticos de un total de 928 individuos. En ellos, observaron 5.700 polimorfismos de un solo nucleótido o SNP.
Los SNP son variaciones en la secuencia del ADN que afectan a un solo nucleótido, es decir, a una base de ADN que diferiría de la base común en esa misma posición. Estas variaciones, de las que se han catalogado millones en el genoma humano, son las responsables de hasta el 90% de todas las diferencias genómicas entre los hombres y pueden afectar a la respuesta de los individuos a enfermedades, bacterias, virus, productos químicos, fármacos, etcétera.

Los SNP no cambian mucho de una generación a otra, y por eso resultan muy útiles en la investigación médica y en el desarrollo de fármacos. Asimismo, se usan como referencia en pruebas genéticas porque es sencillo seguir su evolución en estudio de poblaciones: la gente que comparte sus ancestros tiene en común muchas de estas variables genéticas o SNP.

Los investigadores han investigado para ver, a través de los SNP del ADN de los europeos, qué grupos compartían ancestros comunes y genes. Descubrieron que, de los 928 individuos analizados, los que tenían ancestros del sur de Europa (Italia, España, Portugal y Grecia) tenían relación genética.

La mayoría de los que procedían del norte, oeste, este y Europa central, tenían más del 90% de correspondencia con la población del norte. Finalmente, los genes de los europeos judíos del centro y occidente de Europa así como de los sefarditas, también mostraron relación genética del 85% con las poblaciones del sur europeo.

Valiosa herramienta antropológica

Los resultados han permitido identificar un conjunto de 400 SNP marcadores de información que los científicos podrían usar ahora para conocer los ancestros europeos en la realización de estudios acerca de enfermedades, respuestas a los tratamientos o posibles efectos secundarios de las terapias.

Además de estas aplicaciones futuras de la medicina, los datos también resultan de interés para la antropología en los estudios de las migraciones humanas a lo largo de la historia. El grupo originario del sur incluyó a individuos de Grecia, Italia, Portugal, España y judíos sefarditas y del centro y occidente europeo. El grupo del norte incluía a gente cuyos ancestros fueron irlandeses, ingleses, alemanes, suecos y ucranianos, poblaciones que habitaron las cordilleras de los Pirineos y de los Alpes.


¡El eslabón perdido!

En lo referente a la genética de la población, estudios previos habían demostrado que los SNPs se correspondían con los ancestros, dando lugar a cuatro grandes grupos dentro de la humanidad moderna: Asia, África, Oceanía y América-continente europeo. La nueva investigación aporta evidencias de que existe además una subdivisión dentro de Europa, separando nuestros ancestros del sur y del norte del continente.

Medio millón de identificadores
En cuanto a las enfermedades, los investigadores analizaron dos grupos de datos. Observaron los SNPs asociados con la artritis reumatoide y descubrieron que, teniendo en cuenta los ancestros, varios genes que anteriormente se creían candidatos para estar relacionados con esta enfermedad no lo eran.
Lo mismo sucedía con la intolerancia a la lactosa. Es importante por tanto conocer de dónde procedemos para definir qué genes están o no implicados en cualquier tipo de enfermedad, de manera que puedan evitarse asociaciones falsas.

Próximamente, Seldin y sus colegas extenderán este estudio hasta abarcar 500.000 SNPs. Asimismo, pretenden realizar estudios similares con poblaciones de otros continentes, con el fin de definir nuevas sub-poblaciones.

Según Seldin, otros continentes y grupos étnicos deberían ser analizados si la ciencia pretende sacarle partido a los avances logrados por el Proyecto Genoma Humano. El objetivo último de las investigaciones sería poder definir mejor a dichos subgrupos y utilizar esa información para eliminar las falsas asociaciones, permitiendo un verdadero conocimiento de las relaciones entre las enfermedades y los genes.

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