Quercus ilex., no Typha latifolia


Como junco soy débil, no resisto
el vendaval que sopla en el camino;
es parte natural de mi destino
y me enseña a sentirme desprovisto.

Rebelde, sí, me enfrento porque insisto
y no claudico al bien que no adivino,
inclino mi cerviz  de peregrino
aunque sé del ejemplo que dio Cristo.

Y pongo de modelo a dura encina
que aguanta las ventiscas orgullosa,
sin ceder sus raíces al embate.

¡Ay, mi Señor, concédeme la espina
y que aguante de 'Mater Dolorosa',
penando como tú, seco el gaznate.

No quiero disparate.
Que me perdone el junco si lo ofendo,
pues la encina me ofrece lo que entiendo.



A Elisa Madre
4/10

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