Engendros del desorden ( Or, The Devil's hand )


*Moloch 

¡No ves los cambios y la mueca que lo viste,
la marca de Moloch desde las sombras,
la doblez encarnada para espantos 
al soplo de tu ira si lo nombras!

No ves la soledad cuando pasea 
por el rincón adusto de tu ceño,
la amargura de saber donde se rinde
la débil carne en amenaza de 'su dueño'.  

Pero se empeña la vida en la torpeza 
sin dar impulso hacia adelante,
y vuelve a servir al desatino
llevando a perdición si paga en sangre.

Sin resolver jamás su vil destino 
por las promesas infames reiteradas; 
tampoco absuelve a su nube rota
ni a su estrella de amor ya profanada. 

¡Ama su infierno tan cómodo y mullido
aunque calcine una vida en llamaradas!

La flor de albergues yace desgarrada 
y hay un llanto de oración lejana;
sólo queda en el mar cerca a la orilla 
un canto meciéndose en el agua 
y los versos sentimientos de su arcilla
improvisan libertad con la palabra.

Debajo de la piedra
se mezcla la lava y la ceniza,  
donde agonizan en tórridos veranos
los helechos... 
-¡Varda, lo sabes!
Tiembla la tierra que la cubre y guarda
en aroma de mar que se desprenden, 
pero todo lo confunde el viento
Moloch no se cansa, ¡hiede a azufre!
Aunque sabe de las huella que dejaron
dos gotas de sol bajo unas alas. 

Elisa en: "Salambó"
En/2011

La "Ranita Azul" os da las gracias por vuestra visita.

"Ya no sentía la vida a la sombra de sus manos.
Quemaba el sol la cara de las cosas,
pero la cara de mi corazón estaba a salvo
estando, como estaba, bajo la invocación
de su memoria."
 (Una estrofa del poema "Responso" de Luis Pastori, leído al lado del mar.)

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