Mi adorada Selene


Camino por el mundo desprovisto
de sombrajos y al sol desde mi cuna,
viajando de una estrella hacia mi luna
convertido en su arrullo... -¡Si es que existo!

Vine a ser su arrebol para mi ocaso,
asistencia habitual en un poema,
y del recuerdo honesto, mi zalema
e inspiración al paso con su paso.

Poca cosa lo sé... para mi nada
si me alza hacia sus cumbres y estimula,
halago en el fulgor que la vincula
a las voces del mundo bajo almohada.

Arrodillado le diré que evito
no ser más que un sueño por su cielo,
como humano que soy por este suelo
me regala un poema con mi rito.

Quizás refleje rayos en el agua,
llore su corazón cuando le ruego,
por ser siempre mi templo en el sosiego
un retablo al amor para mi fragua.

Elisa en: "Don Anselmo"
3/19/11

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