Arte urbano para los obreros despedidos de una fábrica

Arte urbano para los obreros despedidos de una fábrica:
HELENA CELDRÁN
  • Los Encuentros internacionales de fotografía en Gaspésie (Canadá) recuerdan el cierre de una fábrica y la ruina de una ciudad de la zona.
  • El artista urbano Dan Bergueron expone en las instalaciones abandonadas carteles a gran tamaño de antiguos trabajadores de la celulosa.
  • "La historia es conocida en el lugar, pero estas ruinas son el único monumento al orgullo, el sufrimiento y la frustración", dice.
Papiers Gaspesia
La ciudad de Chandler le debe incluso el nombre al fundador de la fábrica de papel que regía buena parte de su economía: Percy Milton Chandler llegó de Filadelfia en 1912 y creó un núcleo de población alrededor de Papiers Gaspesia.

La industria sostenía la actividad portuaria y daba trabajo a los habitantes de Chandler (con un censo actual de sólo 7.914 habitantes), una ciudad perteneciente a la región de Gaspésie en la provincia francófona de Quebec (Canadá).

Era un regalo envenenado desde el principio, una bomba de relojería que estalló con el cierre en 1999. Al suceso le siguió una tasa elevada de paro, muchos tuvieron que emigrar, las familias se separaron, hubo divorcios... El suelo y el agua contaminados fueron un reto social y medioambiental. Recientemente Chandler ha decidido demoler lo que queda del gigante papelero, como para superar el episodio de manera definitiva.

Hombres mayores de mirada franca

Estos días se celebra la segunda edición de los Encuentros internacionales de fotografía de Gaspésie, un festival joven que reune la obra de artistas y fotógrafos canadienses. Dan Bergueron (Toronto, 1975) es uno de ellos.

El simbolismo de la demolición de la histórica fábrica no pasó desapercibido para Bergueron. Acaba de finalizar una intervención callejera para recordar a los trabajadores de Papiers Gaspesia, hombres mayores de mirada franca que acudieron día tras día a las naves.
Algunos de los obreros lloraron al visitar su propia imagen aumentada sobre los restos de la fábrica. La instalación, incluida en los proyectos y actividades apoyados por el festival, es sencilla y poderosa. Los retratos, en blanco y negro, lucen en carteles troquelados que decoran las instalaciones de la fábrica en ruinas.

"La historia es conocida en el lugar, pero las ruinas son el único monumento al orgullo, el sufrimiento y la frustración de los que sufrieron el cierre. Las imágenes de estos trabajadores dejan marcadas estas estructuras físicas", dice Bergueron.

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