El primer insecto ciborg

El primer insecto ciborg:
Beetle
Durante muchos años los investigadores han estado trabajando en el diseño y la fabricación de micro-vehículos aéreos (MAV), robots voladores del tamaño de pequeños insectos. Sin embargo, tras darse cuenta de lo difícil que es crear un vehículo pequeño y ligero, capaz de volar con una carga útil y ser alimentado por una fuente de energía de larga duración, algunos investigadores han dejado de tratar de copiar a la naturaleza y emplear insectos reales.
Es así como se empieza a trabajar en los insectos ciborg. A partir de minúsculos estimuladores cerca de las antenas, los electrodos implantados en su sistema nervioso central, los investigadores han descubierto que es posible controlar parte del cerebro de estos insectos y controlar así su vuelo. Por lo menos es más sencillo que la construcción de insectos robóticos desde cero.

Aunque durante la última década se ha hecho un esfuerzo tremendo en el desarrollo de los MAV, emplear insectos ciborg es mucho más ventajoso en lo que respecta a la aerodinámica, la duración del vuelvo, capacidad de carga y almacenamiento de energía a escala en miniatura. La tecnología actual simplemente no está lo suficientemente desarrollada para imitar a la evolución de la naturaleza durante miles de años.
Hasta ahora, los sistemas de control neural de los insectos ciborg habían estado alimentado por baterías. Pero ahora el grupo de investigadores formado por Ethem Erkan Aktakka, Hanseup Kim y Khalil Najafi de la Universidad de Michigan, han desarrollado un dispositivo capaz de generar energía a partir del movimiento del ala de un insecto tipo Green June Beetle. Dos generadores
uno en cada una de las alas del escarabajo
producen un toal de 45 µW de potencia, aunque los investigadores predicen que esta potencia puede ser aumentada en un futuro.
Este estudio se ha publicado en una edición reciente de la revista Journal of Micromechanics and Microengineering y marca el primer intento de recoger energía a partir de insectos vivos. Los anteriores intentos se basaban en el uso de termopares que recogían la el calor corporal del insecto.
Vía | “Energy scavenging from insect flight.” J. Micromech. Microeng. 21 (2011) 095016 (11pp) DOI:10.1088/0960-1317/21/9/095016



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