El regalo de una buena lectura

El regalo de una buena lectura 

Por: alattkeva-11

Y aquí te dejo lo que pienso amigo:


...Convocada a la fuente de donde emana la pregunta en sus cuatro últimos renglones, se hace la lectura anzuelo para el pez que la lee desde su improvisada pecera donde respira artificialmente, indagando el contenido de el interesante 'cebo' de quién suscita a la reflexión. Me abstrae más allá de mí misma. 


-Mira, Ramón, no le costó hacerse mayor a 'una rana azul' porque pasó todo muy rápido, lo que sí cuesta es hallar el cabo suelto de la barca pensamiento, en la que nos alejamos hacia este lado del tiempo y de todo lo que no incentiva la existencia cuando vamos dejando de ser, estar o evitamos el mundo; sinceramente, porque hay algo que nos desprende del mismo y no hallamos los pechos maravillosos del alimento de la vida inteligente, para succionar la mies que nos satisface al corromperse todo por el intrusismo oportunista y la astucia en el manejo de los medios, para no ser detectado el plagio. Saber que esto de hacer poesía alienta a unos pero no de la misma forma es alimento para otros y sí oportunismo en los medios, es allí donde podemos ver la diferencia cuando no hallas en el halago el valor espiritual que dé brillo al óbolo auténtico por lo que haces, mereciéndolo, manifestándose como sincero por ser cierto. mucho de esto nos pasa a quienes escribimos y tenemos el germen dentro y el se resuelve en la voluntad de quien lo instruye, lo trabaja demostrándolo.


 ¿Cómo saber que es así para el neófito, cómo se le puede inducir a error o no se le distingue como buen comunicador? Pregúntaselo a Ernesto W. Neófitos peregrinos en la práctica de lo que nos maravilla a todos ver desde la tierra que pisamos, pero convencidos caminantes de la eternidad que ya conocemos en la evolución de cada uno de nuestros pensamientos, en cada una de nuestras ideas de inefables locuras simultáneas que vuelan como mariposas de luz en el jardín interior; todos esos fenómenos sensoriales que son de la experiencia y que no tienen que ver con el relámpago y sí con la fuerza de su trueno en cada corazón que se estremece al escucharse. 


En esta vida nuestra saber algo no es lo mismo que decir: "algo se sabe"... 
Así mismo cuando lo meditas y lo recuerdas es como estremecerse ante las estrellas cuando las mirabas de niño, sin recibir respuesta directa de las alturas pero intuías  su maravilla, y sabe hoy el hombre lo que ellas daban con sólo mirarlas y siguen dando. Conozco ese mal de la abstracción y somos más los que sentimos cómo pasa por el interior sumiso de los cuerpos, un vientecillo disolviendo el temor y el dolor de enfrentarnos a lo que no nos gusta del mundo y se convierte en palabras para mitigar el cansancio, rechazo o ausencia de no seguir siendo cuando aún somos; porque en la bohemia del artista se mantiene el fuego encendido, un fuego creador y eso es lo que realmente le lleva a indagar, busca auto satisfacerse en sus intereses al margen del halago, que es lo que se piensa y se cree que es lo único que lleva este hecho de escribir. Quien pueda retirarse lejos por un tiempo es un privilegiado, al rodearse de maravillosos estímulos sin nadie más que la amiga Naturaleza, como lo hacían antaño otros artistas, escritores y poetas entregados al placer de pensar y plasmar esas ideas sobre su respectivo soporte. Por eso somos pocos los que en medio del mundanal estertor de muertes interiores con todo lo que nos acerca a ellas, se distingue y hermana con el Espíritu haciendo una piña de intereses comunes sabiendo de la empatía y del sentimiento y pensamiento objetivo que lo lleva. Mi abrazo tan largo como el párrafo que te ha caído encima pero es como el deseo de que halles ese placer que estás iniciando y caminando dentro de ti mismo. Esas letras lo dicen... ¡Suerte! Has tenido mi compañía lectora, una más que conoce cómo se convierte la anciana en niña en este su ahora y aún se emociona ante un cielo estrellado y muchas más cosas para poder retenerlas y escribir sus sensaciones. Te dejo este poema, uno de los que leía mi madre y yo la escuchaba con cinco o seis años intentando comprender de qué hablaba y por qué los cambios de su voz, al expresar esas palabras que ignoraba y llevaban sonidos hermosos y agradables, se llamaban  versos... y eran parte de la poesía. 


...


Guillermo Aguirre y Fierro: EL BRINDIS DEL BOHEMIO-http://youtu.be/zdbRheRA33c


www.youtube.com
Guillermo Aguirre y Fierro nació en San Luis Potosí en 1887 y falleció en 1949

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