RESUMEN DE "BUENO Y MALO" DE HANS REINER
RESUMEN DE "BUENO Y MALO" DE HANS REINER: RESUMEN DE “BUENO Y MALO” DE HANS REINER
José Antonio Herrera Márquez
Para nosotros la diferencia de bueno y malo se halla unida a una conciencia del deber. Esa conciencia depende sobre todo de lo malo (lo que no debemos hacer).
Todo se nos presenta como grato o ingrato. Lo grato aparece como digno de él.
Hay valores objetivos, que son dignos en sí. Lo grato es digno de aprecio, lo ingrato de desprecio.
Los valores son de dos tipos: bienes (valores relativos); y gratos en sí (valores absolutos). Dentro de los valores relativos están los relativos a sí y los relativos a otros.
Un valor absoluto importante es la vida. Vida como algo sagrado que, sin una razón de gran peso, no debemos destruir.
Otro valor absoluto es el derecho (lo justo).
Los valores objetivamente importantes son los absolutos y los relativos a otros. Los valores sólo subjetivamente importantes son los relativos a sí.
Podemos renunciar a los valores relativos. Los absolutos se nos presentan como una exigencia (también los relativos a otros).
Lo bueno es obrar según los valores objetivamente importantes. Lo malo es no obrar según los valores objetivamente importantes (normalmente por egoísmo).
Hay una forma de lo malo que es la maldad, y que consiste en obrar contra un valor objetivamente importante solo para su aniquilación.
Hay un egoísmo sano: el que no va contra ningún valor objetivamente importante.
Para elegir entre dos valores absolutos, o dos cosas buenas en sí, hay que hablar de lo moralmente verdadero y lo moralmente falso.
El más alto valor se da donde la exigencia del respeto a la vida humana se une con el respeto al derecho. Después vienen aquellos valores que hacen posible la vida como vida en común.
Si no elegimos el valor preferible es porque no sabíamos que era el preferible. Excepto en el caso de que lo hagamos en razón de un valor subjetivamente importante, y a sabiendas.
Las necesidades se dividen en 4 tipos: necesarias para nuestra exigencia; favorecen nuestra existencia; ni favorecen, ni dañan nuestra existencia; dañan nuestra existencia. Las dos primeras son objetivamente importantes, pues la vida tiene un valor absoluto. La tercera no afecta al terreno moral. La satisfacción de la cuarta es un disvalor moral, pues atenta contra nuestra vida, y la vida es un valor absoluto, por lo tanto, atentan contra un valor absoluto.
José Antonio Herrera Márquez
Para nosotros la diferencia de bueno y malo se halla unida a una conciencia del deber. Esa conciencia depende sobre todo de lo malo (lo que no debemos hacer).
Todo se nos presenta como grato o ingrato. Lo grato aparece como digno de él.
Hay valores objetivos, que son dignos en sí. Lo grato es digno de aprecio, lo ingrato de desprecio.
Los valores son de dos tipos: bienes (valores relativos); y gratos en sí (valores absolutos). Dentro de los valores relativos están los relativos a sí y los relativos a otros.
Un valor absoluto importante es la vida. Vida como algo sagrado que, sin una razón de gran peso, no debemos destruir.
Otro valor absoluto es el derecho (lo justo).
Los valores objetivamente importantes son los absolutos y los relativos a otros. Los valores sólo subjetivamente importantes son los relativos a sí.
Podemos renunciar a los valores relativos. Los absolutos se nos presentan como una exigencia (también los relativos a otros).
Lo bueno es obrar según los valores objetivamente importantes. Lo malo es no obrar según los valores objetivamente importantes (normalmente por egoísmo).
Hay una forma de lo malo que es la maldad, y que consiste en obrar contra un valor objetivamente importante solo para su aniquilación.
Hay un egoísmo sano: el que no va contra ningún valor objetivamente importante.
Para elegir entre dos valores absolutos, o dos cosas buenas en sí, hay que hablar de lo moralmente verdadero y lo moralmente falso.
El más alto valor se da donde la exigencia del respeto a la vida humana se une con el respeto al derecho. Después vienen aquellos valores que hacen posible la vida como vida en común.
Si no elegimos el valor preferible es porque no sabíamos que era el preferible. Excepto en el caso de que lo hagamos en razón de un valor subjetivamente importante, y a sabiendas.
Las necesidades se dividen en 4 tipos: necesarias para nuestra exigencia; favorecen nuestra existencia; ni favorecen, ni dañan nuestra existencia; dañan nuestra existencia. Las dos primeras son objetivamente importantes, pues la vida tiene un valor absoluto. La tercera no afecta al terreno moral. La satisfacción de la cuarta es un disvalor moral, pues atenta contra nuestra vida, y la vida es un valor absoluto, por lo tanto, atentan contra un valor absoluto.
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