Y después de publicar, ¿qué?
Hoy me gustaría hablar de la posición en la que queda el autor tras unos años de ver publicada su novela, esos momentos en los que ya creías tenerlo todo encarrilado y te das cuenta de que hay una parte del sector editorial que, bien por desgana, ineptitud o cara dura, se desentiende, y mucho, de sus compromisos.
Pongámonos en situación. Hace un par de años que firmaste tus primeros contratos editoriales con la esperanza de que tus textos tuvieran un movimiento más o menos aceptable. Está claro que no todo el mundo firma con Planeta o Mondadori, pero supones que la gente que se dedica a esto por vocación -seamos claros, a niveles semi-amateur no hay un euro- le pone las ganas que otros, más grandes, no tienen. Sin embargo, es posible que ese trato cordial que mantenías los primeros meses se haya ido enfriando. Los correos electrónicos no llegan tan deprisa como antes y es posible que no hayan comunicado el estado del libro.
Bien, mi primer consejo es sencillo, busca el contrato de edición y revísalo bien. Encontrarás que el editor se compromete a ciertas condiciones que debe cumplir. La información de cuántos libros se han vendido en el año, por ejemplo, es fundamental. También se suele indicar el plazo que tiene el editor para pagar los derechos pendientes del año. Es habitual que haya retrasos y malentendidos, sobre todo en empresas muy pequeñas o faneditoras, algo perfectamente comprensible… hasta cierto punto. Como autor tienes tus derechos y la capacidad de denunciar situaciones claramente irregulares, es más, diría que es una obligación exponer a aquellas editoriales que no cumplen con sus contratos. Es conocido que muchos editores no se acuerdan de los contratos hasta que se les afea la conducta en público.
Pero dejemos eso a un lado. Avancemos un poco más -o no, si has llegado a una situación en la que tu contrato se ha roto por incumplimento de una de las partes-, hasta cuando la fecha del acuerdo expira y los derechos del libro en cuestión vuelven a estar en tu poder. A veces, no digo siempre, pero sucede, encontrarás con que pocos días antes de esa fecha el editor se acuerda de esos ejemplares que están en el almacén y decide saldarlos. Bien, está obligado a comunicarte esa situación para que puedas comprar el lote. Si estás pensando en negociar a corto plazo con otra editorial -o autoeditarte-, te puede salvar el proyecto. Si de repente hay un montón de ese título en concreto a precio de saldo es casi inviable colocarlo hasta dentro de unos cuantos años.
Una vez tienes los derechos -y los libros de saldo, si es el caso- vuelves a estar en el mercado. Es cierto que si la novela pasó sin pena ni gloria, y no has pegado un buen pelotazo por el medio, es difícil volver a venderla, pero te quedan más opciones. La autoedición, en Print on Demand o bien vía ebook, puede darle una segunda vida a una novela que creías acabada, o por lo menos mantenerla viva durante unos años más.
En mi caso, tengo una novela que se publicó sin apenas distribución y que, al no salir en ebook, fue pirateada pocos meses después (os lo conté aquí). Tras un tiempo prudencial he decidido publicarla yo mismo en ebook y tratar, por lo menos, de que esté disponible para cualquiera que quiera comprarla por un módico precio.
Resumiendo: leed bien los contratos -sobre todo antes de firmarlos-, pero no os olvidéis de las fechas importantes a la hora de recuperar vuestros derechos. Reclamad conocer el número de ejemplares vendidos por año y exigid que la novela se distribuya mejor en caso de que no sea así. Muchas veces pensamos que el trabajo del escritor termina cuando el editor se hace cargo y se presenta el libro en sociedad, pero no es así."
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