Sí, ..."¡Judía de mierda!" - Ahora ya me sabes y qué...

Dios siempre traza curvas, rectas y ángulos
pero sobre todo el espiral donde la vida trasciende
para saber llegar de nuevo al mismo punto de partida. (alattkeva)



Ahora ya me sabes...
¡Soy judía, ...Mea culpa!
Y si ella entendiese las razones
del que siembra el bien... Callaría.
Del que recoge su cosecha y se marcha
sacudiendo en el quicio sus sandalias.
Callaría.
De quien se moja por la brecha
ajustando lealtades a los cánones..
-Dolería
Pero qué me pueden decir
si nací en el siglo pasado
-como muchos-,
¡pero soy del cuarenta y uno...!
-Como muchos-
...Qué pena ser una más... mestiza, pero...
"¡Judía!"
"Por descender del tronco de David..."
¡Y qué tiene eso de particular'...
-¡Nada!
Sé que es el hambre y el terror
y la desnudez del que se humilla.
Me humillaste. ¿No fue bastante?
Nací aprendida pero hice votos de humildad
y peco por soberbia. ¡Mea culpa!
¡Qué sabes tú del puto número que se oculta
de los ojos de mis semejantes,
del reflejo del terror en círculos de ojeras!
...De ojos hundidos como muertos vivientes.
Qué sabes tú... de persecuciones,
campañas en contra de una forma de pensar y ser...
De desprecios con dolor sin llanto.
Qué sabes tú... del vacío... y de lo impuesto,
del rechazo y la amenaza...
Del hedor a cadaverina.
Conozco los caminos emboscados del terror
pegados a la miseria de los cuerpos
pero sé de los atajos del alma.
-¡Y qué me cuentas!
Pues la yerma realidad de quien duerme con lo extinto.
con insomnio a su lado y del mendrugo del muerto y de mi hambre.
-Si por hacerme el vacío ya estoy vaciada!
-No así de dignidad, verdades y raíces
porque la hipocresía es una sonrisa que teme.
No la llevo porque si sonrío es al Amor,
al sentimiento que me llena y nunca me hace el vacío.
Ah, y qué sabes del grito callado que lacera las entrañas...
cuando pierdes el hijo o lo asfixias por temor a su llanto...
Del tiro en la frente... la patada y la fusta,
la violación de todo derecho humano
y cómo trataron a mi gente... ¡como "cerdos judíos"!
Qué sabes tú, del hueso quebrantado o calcinado,
de los caminos emboscados que yo sola los resuelvo.
Y vienes tú a darme lecciones de más vida,
¡Es que nací educada y lo olvidas!
Qué sabes tú de mi mañana,
cuando yo sé que ya no estás en la mía
y me sabrás de otra forma.
Pero ahora ya me sabes más desnuda y entregada.
¡Mea culpa! Y por ser un ser humano más
que jamás te hizo ningún daño...
Esta hija de conversos es lo que es... "¡Judía!"
-Y qué. (...)

A. Elisa Lattke V

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