UN CUENTO CON REFLEXIÓN: "Los cuatro musicantes de Bremen"

Tomado de Yahoo en las respuestas a los usuarios


"Los cuatro musicantes del cuento eran por este orden:
Un burro,un perro, un gato y un gallo.

“LOS CUATRO MÚSICOS DE BREMEN”

El cuento infantil de los cuatro músicos, muy resumido, es más o menos como sigue: Un burro trabajaba en una granja cargando sacos de trigo; cuando se hizo viejo y cansado, su amo decidió llevarlo al matadero, pero el asno descubrió los planes y escapó pensando ir a la ciudad de Bremen para hacerse músico de la banda municipal.

En el trayecto encontró un perro tumbado a orillas del camino. El burro le preguntó: ¿porqué está con fatiga y con la lengua afuera? El can le contestó: soy viejo, no puedo cuidar el ganado como antes y mi amo quiere matarme. El burro lo invitó para ir a Bremen y le dijo: Allí nos haremos músicos de la banda municipal. Yo tocaré la guitarra y tú el tambor.

Más tarde se encontraron con un gato en desgracia. Por estar viejo cazaba pocos ratones; la dueña pretendía ahogarlo.

Rumbo a Bremen el burro, el perro y el gato pasaron cerca de una granja y oyeron a un gallo que chillaba en forma destemplada. Preguntado por esa forma de cantar el ave les dijo: ¡Qué injusticia! Toda la vida he trabajado de despertador y ahora que soy viejo, mañana piensan desplumarme y echarme a la sopa.

El burro le dijo: ¿No tienes cerebro debajo de la cresta? Vente con nosotros a Bremen. Vamos a ser músicos de la banda municipal y tú serás el cantante.

Los cuatro se marcharon, pero como ya se hacía la noche, decidieron dormir en un bosque bajo la protección de un árbol. El gato desde lo alto del árbol divisó una lucecita. Pensaron que era una casa y decidieron ir a observar. En la noche se echaron todos a andar atraídos por la luz. El burro miró por la ventana y vio un grupo de bandidos sentados alrededor de una mesa dispuestos a darse un banquete. El burro apoyó las patas delanteras sobre la ventana; el perro se puso encima del asno; el gato se encaramó sobre el perro y el gallo sobre la cabeza del gato.

A una señal del líder, todos comenzaron la música: el burro rebuznaba, el perro ladraba, el gato maullaba, y el gallo cantaba. Todos se echaron sobre la ventana a un mismo momento y el cristal se rompió en mil pedazos con estruendoso ruido.

Los bandidos, asustados, gritando que la casa estaba embrujada, huyeron aterrorizados corriendo por el bosque. Entonces, los cuatro músicos de Bremen se sentaron en torno a la mesa y se dieron opípara cena. Luego apagaron la luz y se acostaron.

Tranquilizados los bandidos, el jefe, envió a uno de ellos hasta la casa para espiar.

El bandido entró sigiloso, vio brillar los ojos del gato, pensó que era fuego y quiso encender una vela pero el felino se lanzó sobre él y le arañó la cara, en su corrida tropezó con el perro y éste le mordió una pierna, el burro le atizó una coz tremenda y al escapar oyó cantar al gallo con mucha vehemencia.

Cuando el ladrón volvió con sus compañeros les informó de los serios infortunios provocados por la bruja que lo castigó en todo sentido. Los bandidos para siempre huyeron de miedo.

Desde entonces, los músicos de Bremen tienen una casa de paz donde poder vivir sus últimos años sin sobresaltos ni temor.

El cuento de los hermanos Grimm tiene un sentido profundamente real y actual al presentar tal cual es la problemática de los viejos, a los que, al disminuir sus aptitudes y rendimiento físico, merma su valoración social aunque tengan elevada experiencia y claro el intelecto como lo demostraron los musicantes.

Los cuatro personajes aunque distintos en todo sentido y poseen simbología diferente, detentan en cambio algo común muy importante y es que todos entraron en desgracia por una misma causa: la vejez por la que fueron sentenciados cruelmente.

En forma conjunta desarrollaron la solidaridad, el sentido profundo de unión y colaboración, despertándosele en forma elevada el ingenio creador; todas “herramientas” de primer orden como poderosa defensa para la acción a fin de lograr una decorosa y tranquila existencia hasta la cúspide final como bien lo merecían.

La ciudad-Estado de Bremen los cobijó en su magnífico suelo brindándoles seguridad y buen pasar hasta que cada uno de los músicos llegó a la cima en plenitud.

Demuestran los hermanos Grimm con este cuento ser profundos psicólogos humanistas y conocedores de los comportamientos y conductas sociales al tener firmes conocimientos de la problemática generalizada de la tercera edad; reivindican en el cuento infantil a los viejos, los que muchas veces son relegados a un plano inferior o acaso también, menospreciados. Considero a este cuento “Los cuatro músicos de Bremen”, lleno de optimismo, por presentarnos el triunfo de la solidaridad, unido a un ardid inteligente para defenderse y conseguir la felicidad en la tercera edad.

Es un buen ejemplo a tener en cuenta.

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Para ver la imagen de los cuatro músicos de Bremem
dirigirse a www.aulo.20m.com
aulo
Una estrella.
Saludos. "


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