No sé escribir - Soy sólo una aficionada "escribidora"



alattkeva

Aunque no esté al tanto de todo lo que me permite estar en la proporción significativa de un todo común, sé que me tomo en serio esta catarsis personal, si se puede llamar así a la costumbre de escribir; la que me permite analizar, observar y meditar sobre un texto personal que se pone ante mis ojos, -el que corrijo varias veces. Como el que no es mío y lo analizo para ver aprender. Me doy cuenta que últimamente me da por leer y  releer en los dos sentidos que expreso y, antes de  escribir cualquier cosa, delibero conmigo ante cualquier éxito propio como en el que no es mío. Les aseguro que trato de no cometer los mismo errores llevada por la precipitación del novato, aunque no me quite del todo el vicio de seguir cometiéndolos. No lo siento, pues soy sincera. Recortas, reciclas, lees varias veces y por momentos deseas que lo que has hecho se vaya a la basura. 

Sé, que además de extraer del interior todo lo que tenemos, es esforzarse en exponer una idea que pasa por nuestra mente como un rayo de luz, pero no siempre esto sucede...porque de ese esfuerzo depende el resultado de un buen  texto por pequeño que sea. Aunque no todos estemos buscamos alguna vez la trascendencia que deseamos en el aspecto literario, que eso también se puede pensar a menudo, pues soñar es un lindo vicio para seguir viviendo con palabras que nos animan, pero escribir... " es una aventura difícil para convertirse en un escritor/a con éxito de la noche a la mañana", nos refería un buena filóloga a un grupo de aficionados, la que nos ha dado por unos meses unas buenas lecciones sobre este arte de la escritura a unos cuantos curiosos con ganas de saber y, otros más audaces con ganas de hacer algo serio. Por eso me considero una "escribidora racional" o consciente de mis limitaciones. Digamos que sé cuáles son mis errores, al no transmitir nada interesante que ilustre o refiera útil en este mundillo donde nos movemos. Un texto mediocre aunque crea que es poesía o prosa, puede ser para otros un mero intento que no merece más que un cortés reconocimiento por el esfuerzo. No tiene más importancia que la que nosotros mismos le damos por separado a  nuestros escritos, añadiendo  eso sí, el cariño de quienes por casualidad nos lee o le da al "Me gusta", sin ir más allá del contenido.  

Más o menos así  opinaba Faulkner: “99% transpiración, y un 1% de inspiración”. -Parece ser o está muy claro que no todos debemos creernos que lo hacemos bien, y menos por orgullo personal, evitando una crítica necesaria o indulgente como es mi caso, como me suele pasar con mis dos correctoras de texto... a las que casi nunca consulto. Pero... "en  casa de herrero cuchillo de palo".

Los que nos sentimos "escribidores" -como así se nos llama,  más bien es un grave error de concepto creer que escribimos y lo hacemos bien -lo digo por mí- y por lo tanto no siempre se es lo que se pretende ser. Por si fuese poco algunos nos enfadamos con los eruditos de la "Academia Española de la Lengua", o con quienes la representan en un jurado por  quedar como unos verdaderos ceporros, según ellos comentan con mucha razón y si lo hacen de verdaderos escritores, qué podemos pensar de nosotros mismos.

 Seríamos más felices si nos conociéramos como unos aficionados en toda regla. Precisamente por no  hacer méritos para merecer el título al que aspiramos. En mi caso siento de verdad no ser "poetisa" reconocida, pero sí estoy orgullosa de haberlo intentado demostrándolo a través de este medio o de los foros; y menos no tener un proyecto significativo ni nada que se le parezca. Por eso me gusta abrir mis ojos a mis años de forma honesta al ego personal, que suele jugar con nuestro orgullo, concediéndome un varapalo de vez en cuando si es que sirve de algo..., aquietando el ocaso a donde ya miro sin tiempo para vuelos. 

Quienes por casualidad me leen y saben, no me dicen lo que quiero escuchar para mejorar y deberíamos  ser más críticos con nosotros mismos, aprendiendo a escribir mejor, también me lo digo. El éxito de unos propósitos también depende de estos significativos detalles y la sinceridad es una maestra de gran ayuda. Reconoces el lugar donde reposa la mirada, sonrojada.

Sé que dentro guardo un rico arsenal de ideas, pero no me atreví mucho a expresarlas tal como hubiese deseado, partiendo de mí, pues la riqueza de toda percepción es una puerta abierta ante las ventanas de la casa interior, pero nuestro mundo personal por muy rico que se manifieste, guarda un tesoro latente alrededor de lo que somos, por no ser solamente una isla individual como a veces nos lo creemos por no mirar más allá del yo, siendo un ser pensante más que depende del resto como del aire, el espacio, la luz exterior y el movimiento de la vida que a todos nos rodea. Me merece un gran respeto todo lo que encierran los silencios de cada ser humano que nunca se atreve. Ese mundo incapaz de expresar lo que siente y calla ante el desprecio de tantas afirmaciones inútiles, que sólo pueden forman parte de un mundo literario lleno de posibles historias, visiones, imaginación y en difinitiva creatividad, como de ricas visiones personales pudiendo tener muchas mejores salidas, como compruebo a través de ser valientes o descarados con lo que sentimos, pues dependemos todos de las mismas emociones. Ellas son la madre de un fulgor especial que enciende las ideas. 

-Más bien creo que la humildad debe estar encaminada al conocimiento honesto de otras lecturas, que por sus contenidos pueden dar un rico fondo que se ignora en muchos casos, quizás ayuden a la verdadera iluminación y el lustre que puede hacer falta en muchos casos, como tener una buena preceptiva literaria que la completa. Ver sólo el yo personal como un principio fundamental de lo que se representa, obviando lo que no conocemos no seremos ese Todo de donde partimos por ser raíz, por lo tanto compromete con el resto de lo que fue, es y será siempre, incluso cuando ya no esté quien lo escribe. 
...
La lengua me merece un gran respeto para expresar lo que ahora refiero. Tan sólo me preocupa una 'purga' por necesidad vital como lo que hago hoy o, como la que hacemos la gran mayoría. Por eso, por ahora, mientras se va muriendo cualquier sueño, sigo contando con mi conciencia de saber que no sé nada.


 Nunca es tarde para decir a todos Uds., que perdonen todos mis errores. 
Desde mi retiro interior y con la serenidad de mi tiempo. 


Una "Rana Azul"

Foto: F. Castilla Lattke

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