El faro de mi instante...


Foto: alattkeva ante un escaparate hice la foto.
Acababa de visitar el Cementerio Judío donde me hinché a llorar, sintiendo algo inefable durante esa visita. Y más me estremecía al comprobar, que los muebles que teníamos en la casa de Florida, allí en Colombia y hechos por Abraham, mi abuelo de adopción, eran exactos, como los que exhiben también en la sinagoga española.
(Praga/agost-2015)
Mientras mi esposo duerme escribí:

EL FARO DE MI INSTANTE

Desde el ánimo acongojado caen palabras por los suelos. Las recojo con cuidado...
¡No se han roto y son todo mi consuelo!
Pienso que, cuando leo o escribo,
apresan otras sensaciones inevitables,
puede que sean más bien increíbles.
Se escribe a veces para sí.
Es como una descarga de emociones
No sé qué pensar o interpretar,
con esta humedad de mis lágrimas en silencio
que aprisiona el alma y siempre duele;
aunque no duela nada desde hace un tiempo
y el cuerpo no se queje,
y sé que todo proviene de lo que subyace en los adentros...
Ese 'ungüento mágico' que uso.
Eso sí, ¡la fe o el amor hace milagros!
A veces, ante lo que desconoces en otros, ¡nos confunden los demonios!
Desearías que penetrase cualquier garfio a la propia vida ajena;
dejar de ser de los restos de algún naufragio en los oleajes.
Porque eres ya de ese todo que impregna lo que ya se oxida
como en cualquier nave varada
y, aunque trabaje el músculo poderoso cada día, nada haces;
mi faro del instante cerebral no se ilumina igual, aún siendo honesto.
¡Yo no ando por ahí de resplandor incandescente y deliberado, dando sustos!
Soy de un galope que no cambia el hoy del ayer, ni mucho menos los remos del pensamiento.
Y, por este sur de la distancia del yo, vivo;
aguantaré mi montura a campo través en la grupa de mis palabra, Madre.
Pero también 'mi vela' mientras la infle algún viento de paso... ¡Lo sabes!
Pero puedo beber la dicha en un cráneo, -ya estuve bajo las tumbas muchas veces.
Y, a pesar de ser como una gota de aceite en el agua, no pasa nada, se flota.
La vida es la que pone la piedra sobre la eternidad y cumplí con el rito en el ayer.
¡Y lo hice en nombre de todos, por mis raíces y por no volver a esta aula!
Veo mis dibujos esparcidos con sus lápices de puntas afiladas, amenazando al papel.
Hoy no estoy sola, hay presencias que acompañan y música de boleros de fondo,
y sé que estás de algún modo conmigo, Madre, "mirando al mar"...
Cualquier cosa que diga o escriba, "sé que parece, que la sacara de otras lecturas"...
¡Así me lo dijo un imbécil!
Pero sabes que soy y fui honesta y me importa un bledo lo que se piense.
"La duda también es sabiduría", nos dicen.
 ¡Un croar en un desierto no indica que hay agua, y sí
mucha la sed del que camina a la intemperie!
¿Quién me cree?... ¿A mis años a quién le mentiría? ... ¡Y menos al amor!
Continúa el debate, mientras sea evidencia irrepetible, esta hija tuya,
puede defraudar hasta a sus hijos, pero nunca a su madre.
Pero hoy necesitaba de la luz de tu faro y de mi instante.
Y porque hay un trote de mis dedos escribiendo en el litigio servil de los renglones.
Por algún lado, se dilatan los pensamientos bosquejando el soplo creativo.
...
¡Descansa en mi corazón y en paz, Madre!

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