Reflexiones entre hermanos
Patrick A. Lattke: hermano mío, una consigue por momentos perderse en sus propios pensamientos, dejándose llevar por la necesidad de hallar esa paz profunda e interior en medio de tanto escándalo social e injusticias.
Nosotros pudimos hacerlo y podemos hallarla en el murmullo natural de nuestros recuerdos más gratos. Eso que encontrábamos en los montes reales de nuestra infancia, corriendo por las hierbas altas -por ejemplo- en busca del río Limón y sus benditas aguas claras... Con sus charcas maravillosas entre la tierra y el cielo, donde nos bañábamos felices después de una larga jornada de camino. ¡Para qué más luz que la que ya administra la memoria!
Allí volvemos y vemos de nuevo el frondoso árbol de "chambimbe" o "palo de hule". No es mucho el esfuerzo de andar lo desandado. Recuerdo que destacaba en medio de esa pradera. Árbol del que se extrae jabón ecológico y caucho. Dicen que cuando los colonizadores europeos se dieron cuenta de su utilidad, se llevaron sus semillas y lo cultivaron en condiciones parecidas a las de América hispana, pues sus beneficios dieron a aventureros y colonos buenos resultados. Un gran fallo de nuestros gobernantes, pues no pudieron explotar la industria del caucho.
Nuestra madre utilizaba por entonces la parte jabonosa y blanqueante de lo que dejaban sus amargas y negras semillas, sumergidas en agua, aprovechando el paseo para lavar nuestra ropa y ponerla al sol antes de aclararla. Observando a nuestros mayores la naturaleza nos daba todo y de ella íbamos aprendiendo. Hermoso y enorme ejemplar que se erguía en ese valle sin cercados, esperando servir de cobijo al sol de la tarde. Donde la vida era sana y no se temía al gran depredador humano. Al mismo hombre.
Allí se abrían las viandas con el fiambre que traîa nuestra abuela. Cubiertos con las toallas para secarnos, nos sentábamos sobre unas esteras de palma… Nos esperaban unas deliciosas arepas de queso que nos parecían pocas. Y unos ricos buñuelos de harina de maíz. Había música de algunas aves y se escuchaba el relincho de las bestias y el grito de los arrieros en la lejanía, llevando el ganado a mejores pastos.
¿Acaso, hermano, necesitábamos ayer u hoy, las teorías espirituales, para hallar otras luces dentro de nosotros o hurgar en su busca en el interior, porque nos las quieren descubrir otros?...
¡Nada se nos perdió allí dentro de nuestro ser, todo está intacto si nos lo proponemos. Salvo lo mejor de esos momentos, los que nos cuidaron y quisieron con responsabilidad dándonos lo mejor de su tiempo. ¡Porque de amor y explicaciones estaba lleno nuestro mundo! Y con los años vividos en este hoy, fiarnos de tantos majaderos vendedores sa savia escrita por otros, para que intenten engañarnos con teorías añejas, extraídas de legajos antiguos con todo tipo de interpretaciones para variar, pero ajenas a lo lógico y lo natural de este mundo físico.
No. Vivimos de otra forma esa niñez y juventud en lo sano de una moral sensata, con un espíritu que nos motivaba a una enriquecedora vida, entregada a quienes nos la alegraron ayer a nosotros, y en el ahora, nuestra familia, hijos y nietos.
No se nos perdió la LUZ espiritual que nos regala salud mental y ya supimos y sabemos del camino. Pues para sentirnos felices o mejorar nuestro hoy, sí la heredamos. Gracias a Dios con una mente clara, llena de infinidad de memoria. Grata en historias reales y no 'batallitas' y cuentos para enrollarnos con el personal o explotarlos literariamente. Como también heredamos las razones para estar satisfechos con el resultado, a pesar de otras marcas ajenas, sin engañar al camino que nos lleva o el que nos trajo, el que necesita nuestra mente para llenarse de su paisaje entrañable y del mundo mágico de nuestra niñez. A pesar de maldades y sinrazones, ajenas al alma del núcleo que nos crió, no podemos olvidarnos de su esencia. Nos dejó una senda que no está vedada a nuestra voluntad de servir al auténtico "realismo fantástico", sin mentir, ni referir nuestras experiencias y si lo hacemos. Y que no nos califiquen de "visionarios o mentirosos, o que se piense que nos enrollamos con cuentos inventados. Y, a pesar de ello, porque por desgracia no les damos valor al no editar nada, son menos creíbles. Pero seguimos siendo gente corriente del montón sin demostrar nada, se crea o no, para nada nos vale la crítica. Nada cambiará lo que experimentamos. Pero sí tropezamos con la envidia o la incomprensión. Piedras son y serán del camino.
...
Por todo eso, nada como viajar al interior del ser en estado puro. Descubrir en lo desandado, paso por paso, la vida que hemos disfrutado, la que nos lanzó a este ocaso de nuestra propia estación invernal. Pero cálida, acariciante, amada, querida por el resultado, para afrontar –no con resignación- y sí con savia natural del árbol de nuestra vida, cómo los bellos guarumos que crecen en la selva y destacar en la cordillera, con sus quince y veinte metros de altura. Porque es así el elemento vivificador que sí nos da fuerza espiritual, mantiene la esperanza y nos protege con la misma LUZ, pero no la oportunista que se explota en tantas teorías y leyendas espurias, a través de falsas extracciones de la historia real ya conocida y hartamente contada, alteradas a través del tiempo, pero para quien no se entera o no lee ni despierta del todo, si no es a base de palos o el expolio de su ingenuidad o sus bienes.
Agradezco a ese Premio Nobel y gran escritor nuestro, G. García Márquez lo auténtico aportado en su obra literaria. Porque nosotros, sí vivimos ese "realismo fantástico" en directo y no nos traumatizan por 'percibir cosas'
"Para qué leer sobre el tema, tía, si No es lo mismo creer en lo que nos dicen y no en lo que vemos o experimentamos. Nosotros sí pudimos percibir fenómenos extraños, que a lo largo de nuestra vida se volvieron normales. Ellos formaban parte de la familia. Incluso hasta los extrañábamos cuando no aparecían o se sentían.
contigo y papá ya tengo bastante" -me diría Lynda Lattke, tu hija. Llevaba y lleva razón.
En todos los tiempos han abundado oportunistas. Hoy, con más razones de montarse un buen negocio, utilizan las redes sociales los buscadores de mentes cándidas. Los que aún temen a lo desconocido pero no se conocen... Por eso los descubren otros. ¡Esa es la paradoja de la vida¡ Y lo saben ‘los nuevos emprendedores’ del hoy. Pues aún se nutren del ignorante que espera que sean otros los que lo encuentren "y sepa de su camino por imbécil. "Seguidores" convencidos de su "guía espiritual" Teorías que ya sabíamos, tareas existenciales que pudimos superar en nuestra adolescencia, para que no nos pillaran sentados en el orinal todavía. Aunque no las explotamos a nuestro favor, nos enriquecen.
Pero el ser humano se empecina en buscar sentido a su existencia y por confiar en el gurú de turno cae de nuevo. Y el que no tiene nada qué hacer “mata moscas con su rabo” - se dice, o consigue cómo vivir del más pendejo. Porque para hallar su propia luz, tienen a veces que robarle a otros la suya, 'unirse o conectarse' a la corriente de otras gentes que apoyan esas ideas y, como todo buscador de la Verdad, paga ‘el recibo de su propia luz’ con la que conecta... ¡por descubríla otro!... Porque le ponen en la mano un precio muy alto: manuales, libros, charlas, retiros espirituales, sacrificios alimenticios, etc... ¡Y nuestra mamá con "la hora santa" en la iglesia del pueblo, venía con las pilas cargadas!
También leía "El Kempis", Exactamente como en la vida vulgar del cada día, como el que usa de su fe para todo y es sensato y noble. Un referente sano. Hay diferencias sin duda alguna. Parece que la educación no ha dado en los últimos cuarenta años, el natural y sabio discurso de los maestros de antaño con las lecturas inteligentes, la búsqueda de nuestro 'yo integral' (https://es.scribd.com/mobile/doc/77898614/El-Yo-Integral-DOC-de-APOYO) que formaban a las nuevas generaciones, sabiendo todo lo que era necesario, esa luz que nos distingue de los animales irracionales. ¡Cuando la supimos desde nuestra infancia que la llevábamos, y estaba depositada en ese cuenco de la CONCIENCIA moral primitiva gracias a esa buena dirección. (http://www.buenastareas.com/ensayos/La-Conciencia-Moral-Primitiva/6771322.html). Fuentes de lo que muchas veces, hoy, no bebemos lo suficiente para tener la valentía de ser nosotros y nuestras circunstancias. Los que conducimos nuestra vida y así se entienda.
No, que nos convenzan que somos el carro de los bueyes y, encima, se montan en el y pretenden que avancemos a base de fusta y en silencio.
La educación del boca a boca de nuestra parte africana tb funcionó y a ella le debemos mucho.
Tu hermana que te quiere con el alma
Nosotros pudimos hacerlo y podemos hallarla en el murmullo natural de nuestros recuerdos más gratos. Eso que encontrábamos en los montes reales de nuestra infancia, corriendo por las hierbas altas -por ejemplo- en busca del río Limón y sus benditas aguas claras... Con sus charcas maravillosas entre la tierra y el cielo, donde nos bañábamos felices después de una larga jornada de camino. ¡Para qué más luz que la que ya administra la memoria!
Allí volvemos y vemos de nuevo el frondoso árbol de "chambimbe" o "palo de hule". No es mucho el esfuerzo de andar lo desandado. Recuerdo que destacaba en medio de esa pradera. Árbol del que se extrae jabón ecológico y caucho. Dicen que cuando los colonizadores europeos se dieron cuenta de su utilidad, se llevaron sus semillas y lo cultivaron en condiciones parecidas a las de América hispana, pues sus beneficios dieron a aventureros y colonos buenos resultados. Un gran fallo de nuestros gobernantes, pues no pudieron explotar la industria del caucho.
Nuestra madre utilizaba por entonces la parte jabonosa y blanqueante de lo que dejaban sus amargas y negras semillas, sumergidas en agua, aprovechando el paseo para lavar nuestra ropa y ponerla al sol antes de aclararla. Observando a nuestros mayores la naturaleza nos daba todo y de ella íbamos aprendiendo. Hermoso y enorme ejemplar que se erguía en ese valle sin cercados, esperando servir de cobijo al sol de la tarde. Donde la vida era sana y no se temía al gran depredador humano. Al mismo hombre.
Allí se abrían las viandas con el fiambre que traîa nuestra abuela. Cubiertos con las toallas para secarnos, nos sentábamos sobre unas esteras de palma… Nos esperaban unas deliciosas arepas de queso que nos parecían pocas. Y unos ricos buñuelos de harina de maíz. Había música de algunas aves y se escuchaba el relincho de las bestias y el grito de los arrieros en la lejanía, llevando el ganado a mejores pastos.
¿Acaso, hermano, necesitábamos ayer u hoy, las teorías espirituales, para hallar otras luces dentro de nosotros o hurgar en su busca en el interior, porque nos las quieren descubrir otros?...
¡Nada se nos perdió allí dentro de nuestro ser, todo está intacto si nos lo proponemos. Salvo lo mejor de esos momentos, los que nos cuidaron y quisieron con responsabilidad dándonos lo mejor de su tiempo. ¡Porque de amor y explicaciones estaba lleno nuestro mundo! Y con los años vividos en este hoy, fiarnos de tantos majaderos vendedores sa savia escrita por otros, para que intenten engañarnos con teorías añejas, extraídas de legajos antiguos con todo tipo de interpretaciones para variar, pero ajenas a lo lógico y lo natural de este mundo físico.
No. Vivimos de otra forma esa niñez y juventud en lo sano de una moral sensata, con un espíritu que nos motivaba a una enriquecedora vida, entregada a quienes nos la alegraron ayer a nosotros, y en el ahora, nuestra familia, hijos y nietos.
No se nos perdió la LUZ espiritual que nos regala salud mental y ya supimos y sabemos del camino. Pues para sentirnos felices o mejorar nuestro hoy, sí la heredamos. Gracias a Dios con una mente clara, llena de infinidad de memoria. Grata en historias reales y no 'batallitas' y cuentos para enrollarnos con el personal o explotarlos literariamente. Como también heredamos las razones para estar satisfechos con el resultado, a pesar de otras marcas ajenas, sin engañar al camino que nos lleva o el que nos trajo, el que necesita nuestra mente para llenarse de su paisaje entrañable y del mundo mágico de nuestra niñez. A pesar de maldades y sinrazones, ajenas al alma del núcleo que nos crió, no podemos olvidarnos de su esencia. Nos dejó una senda que no está vedada a nuestra voluntad de servir al auténtico "realismo fantástico", sin mentir, ni referir nuestras experiencias y si lo hacemos. Y que no nos califiquen de "visionarios o mentirosos, o que se piense que nos enrollamos con cuentos inventados. Y, a pesar de ello, porque por desgracia no les damos valor al no editar nada, son menos creíbles. Pero seguimos siendo gente corriente del montón sin demostrar nada, se crea o no, para nada nos vale la crítica. Nada cambiará lo que experimentamos. Pero sí tropezamos con la envidia o la incomprensión. Piedras son y serán del camino.
...
Por todo eso, nada como viajar al interior del ser en estado puro. Descubrir en lo desandado, paso por paso, la vida que hemos disfrutado, la que nos lanzó a este ocaso de nuestra propia estación invernal. Pero cálida, acariciante, amada, querida por el resultado, para afrontar –no con resignación- y sí con savia natural del árbol de nuestra vida, cómo los bellos guarumos que crecen en la selva y destacar en la cordillera, con sus quince y veinte metros de altura. Porque es así el elemento vivificador que sí nos da fuerza espiritual, mantiene la esperanza y nos protege con la misma LUZ, pero no la oportunista que se explota en tantas teorías y leyendas espurias, a través de falsas extracciones de la historia real ya conocida y hartamente contada, alteradas a través del tiempo, pero para quien no se entera o no lee ni despierta del todo, si no es a base de palos o el expolio de su ingenuidad o sus bienes.
Agradezco a ese Premio Nobel y gran escritor nuestro, G. García Márquez lo auténtico aportado en su obra literaria. Porque nosotros, sí vivimos ese "realismo fantástico" en directo y no nos traumatizan por 'percibir cosas'
"Para qué leer sobre el tema, tía, si No es lo mismo creer en lo que nos dicen y no en lo que vemos o experimentamos. Nosotros sí pudimos percibir fenómenos extraños, que a lo largo de nuestra vida se volvieron normales. Ellos formaban parte de la familia. Incluso hasta los extrañábamos cuando no aparecían o se sentían.
contigo y papá ya tengo bastante" -me diría Lynda Lattke, tu hija. Llevaba y lleva razón.
En todos los tiempos han abundado oportunistas. Hoy, con más razones de montarse un buen negocio, utilizan las redes sociales los buscadores de mentes cándidas. Los que aún temen a lo desconocido pero no se conocen... Por eso los descubren otros. ¡Esa es la paradoja de la vida¡ Y lo saben ‘los nuevos emprendedores’ del hoy. Pues aún se nutren del ignorante que espera que sean otros los que lo encuentren "y sepa de su camino por imbécil. "Seguidores" convencidos de su "guía espiritual" Teorías que ya sabíamos, tareas existenciales que pudimos superar en nuestra adolescencia, para que no nos pillaran sentados en el orinal todavía. Aunque no las explotamos a nuestro favor, nos enriquecen.
Pero el ser humano se empecina en buscar sentido a su existencia y por confiar en el gurú de turno cae de nuevo. Y el que no tiene nada qué hacer “mata moscas con su rabo” - se dice, o consigue cómo vivir del más pendejo. Porque para hallar su propia luz, tienen a veces que robarle a otros la suya, 'unirse o conectarse' a la corriente de otras gentes que apoyan esas ideas y, como todo buscador de la Verdad, paga ‘el recibo de su propia luz’ con la que conecta... ¡por descubríla otro!... Porque le ponen en la mano un precio muy alto: manuales, libros, charlas, retiros espirituales, sacrificios alimenticios, etc... ¡Y nuestra mamá con "la hora santa" en la iglesia del pueblo, venía con las pilas cargadas!
También leía "El Kempis", Exactamente como en la vida vulgar del cada día, como el que usa de su fe para todo y es sensato y noble. Un referente sano. Hay diferencias sin duda alguna. Parece que la educación no ha dado en los últimos cuarenta años, el natural y sabio discurso de los maestros de antaño con las lecturas inteligentes, la búsqueda de nuestro 'yo integral' (https://es.scribd.com/mobile/doc/77898614/El-Yo-Integral-DOC-de-APOYO) que formaban a las nuevas generaciones, sabiendo todo lo que era necesario, esa luz que nos distingue de los animales irracionales. ¡Cuando la supimos desde nuestra infancia que la llevábamos, y estaba depositada en ese cuenco de la CONCIENCIA moral primitiva gracias a esa buena dirección. (http://www.buenastareas.com/ensayos/La-Conciencia-Moral-Primitiva/6771322.html). Fuentes de lo que muchas veces, hoy, no bebemos lo suficiente para tener la valentía de ser nosotros y nuestras circunstancias. Los que conducimos nuestra vida y así se entienda.
No, que nos convenzan que somos el carro de los bueyes y, encima, se montan en el y pretenden que avancemos a base de fusta y en silencio.
La educación del boca a boca de nuestra parte africana tb funcionó y a ella le debemos mucho.
Tu hermana que te quiere con el alma
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