Una Nada llena de todo

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Y desperté en una Nada llena de todo, tan llena de mí como ella de sí misma.

Todo ocurrió en un profundo sueño. Vi por fin que la grandeza y la pequeñez es relativa, engañosa como los globos que se escapan de las manos de los niños y se elevan, sin saber adonde los dirige el viento.

Te das cuenta que siempre oscilas en la incertidumbre de ser y no ser o de estar y no. Como en un abismo insondable pero en el mismo movimiento terrestre, el del mundo que gira poco a poco a más velocidad. Eres del vértigo que te lleva de abajo o arriba con la sensación de finitud. Poco a poco comprendes que lleva al ayer, al hoy y el mañana, porque pasa todo muy rápido. Yendo de la luz a la oscuridad y como en un oleaje de ansiedades no sabes si sueñas o formas parte de la vida del resto de los que también sueñan.

Y cuando por fin recuperas el ánimo con tanto movimiento incomprensible, porque no sabes si forma parte de una pesadilla, que sin desprenderte de tus certezas avanzas hacia ninguna parte en medio del caos incomprensible, pero sabes que eres algo más que un ser humano con vida tangible, ¡eres mucho más y no puedes saber porqué has pasado por ello, pero comprendes que todo tiene algún respuesta, alguna razón!

Vas como empujado a todo lo que está preparado para nuestra experiencia, te guste o no, debes asumir la realidad tangible, la que soporta sensaciones buenas o malas y ambas cosas. Los seis sentidos. Sí, seis, tal como lo digo. Compruebas que la Nada nos enseña a llenarnos de ella misma para tener una entidad propia. Es como un pozo, un agujero negro, un lugar donde giras como en una batidora y nunca terminas pidiendo más y más... Conjugando el dolor y el gozo, la sed y el hambre, el miedo y la alegría...Todo es dual por completo, como el ayer y el hoy, la noche y el día, la razón y lo contrario...

Convencida del espejismo del sueño, se vuelve a la realidad ¿Qué realidad? -me dije....¿Quién te cree? Pero ha ocurrido y estoy aquí para contarlo. La llamé...'Nada', porque es indescriptible, no puedo darle color porque los tiene todos. No puedo darle tamaño, si es uno; no puedo darle un peso, si lo contiene todo; no puedo tener olor, tacto, sonido porque es como estar en un surco de un disco de vinilo y girar y girar corriendo por esos surcos para que nunca te alcance la aguja que hace que suene... ¿Extraña comparación, verdad? Pero el tamaño no tiene que ver con la grandeza de toda su experiencia.

Por eso, mi Nada, me ofrecía un despertar sumiso a los sentimientos, a las sensaciones, al frío o el calor, porque es fácil colarse en otra y percibirla; como en todo en un mar de confusión -lo pensé que la comparaba con un huracán de amor a primera vista-, era como ir viajando en una barca de pensamientos mecidos por olas de las ideas; creí en lo que se me enseñaba en cada momento y comprobé, que formaba parte de otra visión donde era otro ser el que me soñaba, aunque fuese yo el doble del que digo. También, que era de un lugar llamado como ella que también tiene mar, palmeras, arena y playa. Que es cuestión de atraer el sueño o la visión que más nos place y se ve otro 'despertar' - por llamar al fenómeno o visión de alguna forma-, porque sí despiertas antes de la víspera ya te da lo mismo haber soñado en vida o muertos ya, soñarse... ¡Y da igual la que sea!, pero corres hacia el oasis de felicidad a coger el mejor sitio cuando te lo propones, para pasar el día o toda la eternidad.

Si no me ven, es que me he dejado abrazar por el mar de mis ideas. Piénselo así porque eso me tranquiliza, porque prefiero que crean que lo que les he referido es sólo un cuento. Y así me quedo tan a gusto. Creo que la angustia que pasé fue por pensar que tenía que volver a la vida y no me hacía ninguna gracia.

*alv