¿Lo nuevo, bueno y sensato, siempre se espera?

Siempre que lo nuevo nos deje la puerta abierta, para que cuando volvamos, por si nos equivocamos, no resulte que se nos olvidó la llave... 😯.
Las palabras son provocadoras, bellas, subjetivas, llenas de persuasión y  maravillosas cuando se trata de dar consejos, que muchas veces no nos aplicamos. Son una llamada constante al concilio interior. Y eso, no es que sea malo, pero sí necesario para que nos invite a la reflexión. Pero nunca son una panacea, porque son los actos y los hechos con los semejantes, los que saben de nosotros. Tengo una cierta edad para pensar sobre ello y, como mujer casi octogenaria, que ya ha vivido un poco, he viajado un poco, conozco otras vidas y forma de pensar y vivir y soy madre, abuela y esposa, pienso que; Dios tiene la última palabra. Y me dirijo a ese 'Dios consciente' o, a ese misterio que nos asiste a todos y nos va dando respuestas, para aprender de la existencia propia.


No podemos obligar a nadie a que crea en toda teoría que se nos ocurra, para satisfacer nuestro Ego, tan pertinaz y estúpido como nosotros mismos, cuando creemos que vamos a cambiar el mundo, la sociedad o la forma de ver nuestra propia existencia. Pero no nos damos cuenta que por más que seamos buena gente y demos lecciones correctas para vivir en paz, con amor y con Dios, resulta que hay quien nos lleva la delantera "por decreto ley", aprobando todo aquéllo que suple sus necesidades corporales y las de su bolsillo. Pero atacan nuestra moral y nuestras convicciones éticas. Todo lo que es espiritual y sano para nuestra convivencia, para convertirnos en la parte aborregada o instrumento del terror que ellos siembran, para que no hablemos, reclamemos y denunciemos lo que está pasando. Y por no hablar a tiempo o denunciar lo que está pasando, con el futuro de nuestros jóvenes y mucho más triste y delicado, con el de las nuevas generaciones de niños, nos va a pesar. Ya Jesucristo nos advirtió lo que debíamos de hacer: "atarles una piedra al cuello y echarlos al mar". Os parecerá muy duro y cruel que lo recuerde. Pero si esto sigue tal cual lo dicen y cuentan, sin que se haga nada, seremos los que nos pongamos la piedra atada al cuello... Por eso, lo bueno de lo nuevo
debe estar muy claro para todos, amigos míos
 

Ahora bien: abrirse al verdadero Amor, sí que nos cambia la vida para bien. Pero hallar un corazón que late al unísono, es un trébol de más hojas. Quién lo halla tenido en sus manos puede ser que cambie para toda la vida, pero no siempre son las cosas materiales las que se unen, para hacer del Amor esa parte que nos completa. No. La vida individual debe ganarse lo que su corazón da y casi es una suerte hallar el trébol de cuatro hojas... Y que no se nos marchite con el paso de la primavera y los primeros soles, porque entonces, seríamos los que creyendo en el Amor, nunca llegaríamos al invierno. Así que si lo hallo alguna vez lo pongo en las páginas del libro de mi vida.
 Un abrazo queridos Amigos.💙

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