Esta Nada Divina y "El Libro del Esplendor"





Algunas veces, pienso de mí propia vida en unos términos que me enseñaron para ser humilde en: mi "nada divina". Y cuando lo pronuncio, creo que me siento algo más... Pocos son los que se lo plantean con seriedad o la razonan con FE, por no hallar más que arena en el propio desierto de las ideas, donde sí se puede buscan la brizna propia de lo que realmente somos, porque brilla.

Bien por dejadez o simplemente evitar tantas profundidades desconocidas donde se pierde la historia de la humanidad y en donde puedes caer y caer sin poder subir al firme del camino; allí donde se cree no salir está esa parte que nos corresponde en la inmensidad del Universo en el que estamos y en el que nos movemos; o por no profundizar en el tema, que para muchos nos es desconocido y es mucho más inconmensurable para la gran mayoría, porque no hay por dónde empezar para tener una salida inteligente con lo que se piensa individualmente, que se comprenda y satisfaga.

Siempre recurrimos a los que creemos que creen saber, cuando toda teoría es propia de su autor y olvidamos la nuestra. La del 'Yo'. Ese gran arsenal de conocimientos que subyace en nosotros mismos. Cuando, ya sabes, precisamente, porqué crees que lo debes saber (...). Al margen de los estudios u otros aprendizajes necesarios a la cultura que se adquiere, existe esa fuente interior en cada ser humano con FE. El Zohar nos lo dice, Es el "Libro del Esplendor". Allí explica todo sobre esa fuente, la que Dios nos da como parte de un regalo impreso en nosotros: su Luz Divina. Ya escuché en la lectura de El Zohar, lo mismo cuando me leían alguna leyenda para conocer la vida espiritual, tan necesaria a todo ser humano. La vida no es  sólo materia, necesita educar su espíritu para mover la misma, la de cada cual y el mundo que lo rodea. "No sólo con leer descubres la Verdad, es necesario alejarte del mundo y su ruido y pedir a Dios con el libro en las manos, lo que deseas"

Sé que es muy complejo explicarse y más, explicarlo al neófito que lo propaga por negocio y ego, pues así me lo contestaba "mi maga", mi abuela materna, al hacer preguntas desde niña y me quedaba sin saber del todo, qué era lo que se me decía, con su respuesta tan compleja, donde los elementos conocidos de nuestra vida, eran parte de esas respuestas, tanto en lo físico como en lo espiritual. Hasta que lo comprendí. Era como adivinar en cada objeto conocido y tangible por el tacto o percibido por los demás sentidos, la respuesta que como en un juego satisfacía mi interés de niña curiosa, con ese afán de aprender de la vida todos los secretos que guardaban nuestros mayores. Sólo que no era así como lo pensaba, porque no todos los niños de mi edad y del tiempo que vivía, "tenían esa oportunidad de tener a su lado a sus padres y abuelos y demás familiares, siempre dispuestos a dar respuesta positivas, exactas y reales, a todas las preguntas que hacían y, menos, que supiesen de cosas tan importantes y mágicas como lo es "El Zohar",
 Por lo visto, yo, "tenía suerte de tener una madre y una abuela cercanas a mi mundo de búsqueda y de preguntas constantes", que llenaban mi tiempo de otros conocimientos que los demás niños y niñas de mi edad, no podían tener y eso mismo me entristecía, porque era yo la que les daba las mismas respuestas que mi madre o mi abuela me daban a mí, causando un disgusto a sus padres, que no sabían cómo responder a sus hijos y que yo, su amiga sí los iba comprendiendo, pero me estaba prohibido hablar de ello a cualquiera; teniendo serios disgustos por contar lo que sólo a mí se me contaba, pues ya estaba advertida de lo que iba a pasar.
Con el tiempo comprendí, que era necesario que fuese así, para salvar mi curiosidad de momento y poco a poco, iba recibiendo una lección más, para esforzarme a indagar de forma adecuada y por cuenta propia, no confiarme tanto a todo lo que escuchaba, leía o creía saber llegado de otros o de fuera, llegando como tantos a la misma y cómoda conclusión que aún comprobamos hoy: que ya todo lo sabía y quedarme tan a gusto, porque lo contaba Julano, Mengano y don Perensejo/a o, lo aprendía del pensador/ra famosa de aquél tiempo en que ya empezaba a preocuparme por la lectura.

Esa forma de razonar la realidad me regalo mi propio criterio y manera de ver las cosas; y no como se repetía lo mismo, entre las mismas lecturas o 'el boca a boca', que era lo lógico en todas las tertulias, cuando faltaba la televisión o no se tenía una radio en casa , pues era un tesoro que no todas las familias podían disfrutar antes de los año cuarenta y en esa década del 1941 en el que nací, ya por lo visto la tenían mis padres y una gran cantidad de libros de importantes autores, periódicos, semanarios culturales, revistas y cuentos infantiles y de humor. Algunas revistas estaban dirigidas a la mujer con temas variados para ilustrar a la gente de todo lo que podían tener en su hogar, y ofrecer a su familia y conocer labores artesanales, cocina, consejos y otros temas relacionados con la ciencia y sus inventos, las artes, el cine y en general las humanidades.

En cambio, con las enseñanzas del "El Zohar", ("que se va con el tiempo desvirtuando en su profundidad en manos de los gentiles") por comodidad divulgativa o mercantil, "porque priva más la idea de vender que el conocimiento profundo de lo que se tiene en las manos", que que todos los que lo leen, si no piden sabiduría a Dios, no siempre lo entienden, pero favorece sus vidas como un preciado talismán. Pues vender es lo que importa en este hoy y siempre ha sido así como negocio útil, todo lo que sea sensible como materia de aprendizaje para el conocimiento o la demanda de los buscadores de "lo oculto" y "prohibido" Hoy en día está de moda.
Cualquiera, si te descuidas, te da lecciones de cualquier cultura milenaria a la que se pegan esos "buscadores de verdades para el crecimiento espiritual"... o, como ciencias del alma, suelen llamarlas, prescindiendo de la Esencia principal que las sustenta y de su autor incluso que consiguió darlas a conocer a través de la meditación, la elevación espiritual y de la revelación de Dios; un profundo conocimiento a través de años de silencio, sacrificio y sobre todo paz interior para escuchar la propia alma. Ahora, todos hallan luz, buscan el camino, encuentran la paz interior y sobre todo, venden ese misterio ajeno a cambio de una charla por haber encontrado maravillas dentro de su ser. 

Hay que comprender la verdad de tanto dicho antaño para convertirlo en la frívola realidad del "veo veo una cosita...". La verdadera esencia, como digo, se desnaturaliza la historia, no sólo de las bellas leyendas de los pueblos o doctrinas sagradas, sino también la verdadera necesidad para las que fueron creadas con su real autoría. Pero 'la iluminación espiritual' es parte de un negocio que se inició en el siglo pasado. historia de los países, la ciencia y todo lo que se preste a la interpretación de una locura colectiva, que poco a poco ha invadido esta era tecnológica y todo lo que se presente ante la demanda para cambiar la realidad del mundo y su historia. Pues es más ameno que te lo cuenten como un chiste hasta con viñetas, que leer con seriedad y respeto un gran tocho o tomo, relacionado con todo descubrimiento de la ciencia, dejando al investigador, historiador y a la misma humanidad, desprovista de referentes serios y reales, que ya estaban catalogados, archivados y registrados por el autor.
El negocio de los plagios están a la orden del día desde que el mundo es mundo y, si no es así, se recurre a la quema de los libros. pa creciendo en un formato cómico a primera vista, para no hacerlo tan visible a quien pasa de todo lo que es 'mierda'de como negocio, a gusto de los buscadores de ideas a fines a su falta de principios". También, porque LA PREDESTINACIÓN es con la que se trabaja en todas las religiones, sectas e ideas de muchas creencias. Esa es a mi parecer individual pero no la de Quién la maneja, una realidad que a todos nos debería importar.
Les digo: a mí, me inquieta ser como soy y no sé si soy quien creo ser hoy; pero más me preocupa saber que he podido haber dejado de ser, por estar como un signo externo de la misma vida, la que cada uno individualmente conoce por su aparente experiencia o, como parte de la presencia de Dios acá y por la fe en la que se nos educa, o se tiene por convicciones sólidas de ser tal como la razonamos.
Ser un 'peón' más para un aprendizaje entre millones inimaginables de seres pensantes o 'inteligentes', resulta inquietante. Y plantearse la propia existencia, no es para tomarlo como un problema frívolo o insignificante, por tantas veces dicho y nombrado como parte de "un conflicto existencial".
Tal vez a los veinte años más o menos se puede pensar en ello, pero cada etapa de la vida tiene una necesidad que nos completa como en un puzle, si la comparamos con un juego, haciéndonos con la última ficha que esperabas manejar en cada partida y, por fin, entre nuestras manos, conseguimos terminarla como se desea, no como la deseamos. Eso es otra cosa. Así de claro. Pero es una experiencia personal que ocurre no siempre a todos y se manifiesta a través de muchas ciclos espirituales, donde el alma recoge la experiencia individual por necesaria. Me pregunto ante los escollos del destino individual, contando con la última fusión dada a quien soy y represento, hace unos cinco siglos e incluso muchos más que me planteo, ¿si ha servido de algo llegar a mis años por ser parte descendiente de un tronco que me define, pero aún proyectando ilusiones, rozando anhelos, deseando lo no visible o tangible en ambos casos, que se mantenga y colabore conmigo. Aún esperando en este todo en que me muevo como el resto de seres vivos, pero consciente de la fragilidad que nos hace vulnerables y prosélitos obligados del devenir imprevisto, para una parte sin desearlo o por aceptación consciente a la desaparición, por razones lógicas de esa 'caducidad' biológica', pero no por las que en las apariencias creemos y sí por convicción o cultura, que es lo que es y somos sin plantearnos nada más; dejando el alma a un lado pues lo que importa es el prestigio material y no el espiritual. Aunque a mí, si les digo la verdad, me importa más seguir siendo cuando sé que ya no soy, pero estoy y sigo aquí por ahora, por una razón que sólo la Naturaleza que me asiste conoce desde la Creación, a la que estoy muy agradecida; tanto como aquél ser que sonríe junto a mí y me conoce... empezando por quien se le pueda ocurrir leer esto, Ud., mismo, mi querido amigo o amiga. Gracias.


*alattkeva
¡Bendito seas Señor por utilizar palabras de Luz!

 (http://www.saber.es/web/biblioteca/libros/libro-esplendor-biblia-cabala/libro-esplendor-biblia-cabala.pdf)

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